jueves, 12 de junio de 2008

M. NIGHT SHYAMALAN, ¿GENIO O BLUFF?

Repudiado por unos, elogiado por otros, el hindú M. Night Shyamalan vuelve con “El Fin de los Tiempos”, un nuevo y polémico filme como es ya habitual en su corta trayectoria caracterizada por argumentos de giros inesperados, un tratamiento realista del terror y el suspenso y cameos en todas sus multidimensionales obras.

Director, productor, guionista y actor, empezó a filmar a los 8 años con la cámara de su padre tratando de emular a su ídolo Steven Spielberg. A los 16, ya había hecho 45 cortos y dejó de estudiar medicina para hacer cine. Por su juventud, por las temáticas que eligió para sus obras y su manejo de los climas, mezcla de fantasía, suspenso y religiosidad, se le puso al nivel de genios precoces como Spielberg y Orson Wells.

Tenía dos películas (Praying with Anger en 1992 y Wide Awake en 1998) en su haber cuando llegó el impresionante éxito de "Sexto Sentido" (1999), marcando el inicio de un género dominado por el thriller sobrenatural y psicológico, destacando por una impresionante habilidad narrativa para la construcción de suspenso, convirtiéndolo a los 29 años en el más joven talento de Hollywood. Tras escribir el guión de Stuart Little, su siguiente filme, "El Protegido" (2000), fascinó a los fans del cómic y del género bizarro con un superhéroe verosímil, aún en su rara irrealidad, que si bien no alcanzó los niveles de suspenso de su producción anterior, ofreció altas dosis de aventura y ficción.

La crítica de "Señales" (2002), en cambio, no fue unánime, una invasión alienígena con un toque de cuestionamiento religioso que al conjunto de la crítica le fastidió su previsibilidad, sus lugares comunes y un final opaco, sin sorpresas. Fue el punto de inflexión para sus dos siguientes obras: “La Aldea” (2004), que transcurre en un pueblo detenido en el siglo 19 en medio del bosque, donde combinó fallidamente el misterio, el lirismo, la tensión y el miedo en una desconcertante decepción; y “La Dama en el Agua” (2006), la adaptación de un cuento de hadas que escribió para sus hijos que se sintió improvisada, alargada y sin mucho sentido. Dividió a la crítica, unos que lo apoyan incondicionalmente, diciendo que estas películas superan a las anteriores, y el resto que sostiene que ha iniciado un declive del que esperan que remonte.

Elementos típicos de su cine son el agua como una señal de muerte o debilidad; los accidentes de automóvil desempeñan papeles clave en sus tramas; el uso de sótanos para las escenas importantes; la tendencia a escribir temas religiosos y el empleo de colores brillantes como el rojo para indicar una pista o tema crucial. Denominado el director cebolla, por las capas con las que cuenta sus películas, ahora llega “El Fin de los Tiempos”, un thriller vertiginoso, conspirativo y adrenalítico sobre una familia que huye de un inexplicable fenómeno que amenaza a la humanidad. Tratándose de él, habrá que verla para entender la manera como encarará un tema tan apocalíptico.

Aparentan ser películas de suspenso, cuando son mucho más que eso, y de ahí radica el éxito con su singular mezcla de suspenso, drama, humor y emoción. Considerado uno de los directores y narradores más talentosos, M. Night Shyamalan es un cineasta del siglo XXI que tiene los mejores augurios para el futuro.

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