martes, 15 de junio de 2010

EL LEGADO DE TOY STORY

No sólo fue una buena película animada, fue una gran película perfecta y profunda. Con una narrativa y animación del más alto nivel a cargo de Pixar, Toy Story se convirtió en un arquetipo porque sentó precedentes respecto de la calidad que la gente esperaba de una película animada.

Es encantadora, graciosa, llena de detalles irónicos sobre los problemas de la vida real. Fue muy importante porque no había nada de ese estilo, fue la primera y se comparó su impacto innovador con Blancanieves de 1937. Sus personajes se veían reales, vivos, era algo totalmente novedoso, interesando tanto a niños como a adultos.

Abrió una puerta, se convirtió en el patrón con el que los animadores de grandes productoras como Dreamworks o Blue Sky se comparaban, llegando al extremo de ser considerada por muchos como “La película que hubieran querido hacer”. Por su carácter innovador, Pixar pasó a ser el lugar donde todos querían trabajar.

Junto a su secuela, Toy Story 2, rompieron muchas convenciones de la animación, con historias modernas de personajes originales, algo positivo para esta técnica, cada cuadro de la película progresaba la trama y nos atrapaba desde el primer minuto, haciéndonos olvidar de que estábamos viendo una película de este formato.

Se convirtieron inmediatamente en parte de la cultura popular, sus personajes Woody y Buzz tienen una personalidad tan definida que se utilizan como referencia en otro contexto y todos sabían de quienes estaban hablando, acortando la distancia entre el mundo del espectáculo y lo real.

Al verlas uno sabe como es enfrentar la lealtad, como es estar al servicio de los demás, cómo es ser adulto, porque los juguetes son adultos que tratan de sobrellevar la adversidad, todos con el propósito de cuidar a Andy, lo que la hace conmovedora, tienen un aporte emotivo y una conexión con nosotros, una idea muy astuta de Pixar.

El hecho de usar computadoras y acceder a un mundo tridimensional permitió usar técnicas de rodaje en vivo, poniendo la cámara en cualquier lado y moverla como quisieran, cubriendo toda la acción como hace el cine en vivo. Pixar honró la manera antigua de hacer las cosas de Walt Disney, la innovación técnica que nunca olvida que importan los personajes y la historia.

Toy Story creó el mercado de animación en 3D, y aunque su tecnología ha sido superada por otras con mejores gráficas computarizadas, sigue atrapándonos en su mundo, preocupándonos por lo personajes y siendo una gran película. Su impacto va más allá de su propia historia por su inocencia, honestidad y pureza. Una película universal y eterna.

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