Basada en la historia real de Aron Ralston, 127 Horas (127 Hours) es un nuevo ejemplo de las películas de supervivencia extrema a causa de un desastre natural en las que una o varias personas se encuentran de repente en una situación hostil y deben organizarse para sobrevivir.
Dirigida por Sean Penn en el 2007, Hacia Rutas Salvajes (Into the Wild), narra la historia de Christopher McCandless, un joven norteamericano que en 1990 se alejó de la sociedad y se convirtió en errante, llevando sus ideales hasta las últimas consecuencias, ya que se instaló totalmente solo en Alaska en un viejo autobús. Con un rifle y libros sobre plantas silvestres comestibles, murió de inanición.
Con La Antártida como escenario, tenemos a Rescate en la Antártida (Eight Below) del 2006, una historia vivida en la base de una expedición científica que por un accidente y las terribles condiciones meteorológicas, se ven obligados a dejar atrás a sus perros guía. Éstos tendrán que luchar por sobrevivir en el invierno ártico, evitando toda clase de peligros y las inclemencias del frío polar, hasta ser rescatados.
Nuestros Andes fueron escenario de Tocando el Vacío (Touching the Void) del 2003, que relata la expedición de dos montañeros norteamericanos, en su casi fatal escalada del Siula Grande en 1985, una montaña de más de 6 mil metros cuando, cerca de la cumbre, uno de ellos se rompió una pierna. Bajando a un lugar seguro, las cosas se complicaron por el clima extremo y solo con sorbos de agua del hielo derritiendo.
Siguiendo con estas agrestes montañas tenemos a ¡Viven! (Alive) de 1993, con la terrible experiencia del equipo nacional de rugby de Uruguay, cuyo avión se estrelló en octubre de 1972. Aislados completamente, sin opción a rescate, se vieron obligados a comerse a los fallecidos, mientras los más fuertes preparaban un viaje desesperado a través de las gélidas montañas con temperaturas de hasta menos 40 grados.
Ya en 1976 se había realizado una versión mexicana titulada Supervivientes de los Andes dirigida por René Cardona Jr., que causó bastante polémica por las escenas de canibalismo, consideradas como “extremas” en esos tiempos, aunque no pasó de ser una mediocre cinta de aventuras.
La selva fue el escenario de Perdida en el Infierno Verde (I Miracoli Accadono Ancora - 1975), que narra la aventura de Juliane Koepcke tras la caída de un avión de LANSA en nuestra impenetrable selva en 1974. La joven siguió una corriente de agua durante nueve días sorteando todo tipo de peligros hasta que encontró el camino a la civilización.
Y siguiendo con Sudamérica, para el 2012 está anunciada Los 33, la desgarradora historia de los mineros chilenos que estuvieron 70 días atrapados bajo 700 metros de mineral en la ciudad de Copiapó, al norte del país sureño dirigida por Rodrigo Ortúzar.
Parece ser que el cine no para y siempre está sediento de nuevas historias para plasmarlas en películas que muestran la capacidad del ser humano de sobrevivir frente a grandes dificultades, tomando a veces decisiones extremas.
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