domingo, 14 de diciembre de 2008

4:13 DREAM, LO NUEVO DE THE CURE

Bueno, otro fin de semana enredado con la masa y complicado con las compras navideñas y demás asuntos que hay que atender con motivo de las próximas fiestas de fin de año, por lo que el tiempo para dedicarle a mi querido blog se hace un poco corto, pero como siempre quiero tenerlos al día con lo último del cine y la música, quiero dejarles este domingo con una de mis bandas cruciales: The Cure y su nuevo disco 4:13 Dream...tras haberlo oído por primera vez, quedé totalmente satisfecho por esta nueva entrega musical de Robert Smith y sus compinches de toda la vida (son un cuarteto ahora), en el que vuelve al sonido darkie que nos tenía acostumbrados en sus primeros discos, todo ello mezclado con los nuevos sonidos que ha ido experimentando disco a disco.

Como el tiempo es villano y me tengo que ir a cumplir con mis deberes de padre de familia, les dejo esta crítica que encontre en la web Hipersónica, que me parece bastante interesante y describe una a una cada canción del disco. Mil disculpas si no hay material de mi cosecha (bueno, he resumido un poco el texto), pero de vez en cuando hay que destacar el esfuerzo de otros compañeros cibernautas, esta vez de Víctor Rodriguez...ahí les va!!!!! Y como siempre digo, están servidos...

"Tras un disco complicado de título homónimo, difícil de digerir de una sóla vez debido a su duración, The Cure se presentan cuatro años después con una tarjeta impecable. Quienes habían pensado que Robert Smith no sería capaz de firmar composiciones tan refulgentes como las del pasado se equivocaban. Los singles previos que The Cure nos mostró este verano, a uno por mes, a saber: The Only One, Freakshow, Sleep When I’m Dead y The Perfect Boy, ya nos decían por dónde iban los tiros. The Cure ahora convertidos en cuarteto tras las fulminantes expulsiones del teclista Roger O’Donnell y del guitarrista Perry Bamonte, han hecho los deberes y están de vuelta con un cancionero a la altura de su mito. The Cure con Porl Thompson, cuñado de Robert Smith, como guitarra solista nuevamente incorporado como miembro fundamental del armazon sonoro del grupo, han comenzado esta nueva aventura al revés de como todas las bandas lo suelen hacer.

Primero se fueron de gira mundial, el 4Tour que comenzaron en 2007 en Asia y Oceanía y terminaron hace unos meses en Estados Unidos, y allí fue donde empezamos a conocer canciones nuevas, casi todas con distinto nombre a las que ahora se publican, como la incandescente ‘It’s over’, que hasta el último concierto de la gira se llamaba ‘Baby rag dog book’. No parece que The Cure vuelvan a la carretera en 2009, al menos no hay noticias sobre ello; por tanto nos quedamos sin la gira de 4:13 Dream, que tocaron en su totalidad el pasado 11 de octubre en Roma, y sin ningún nuevo single del esperadísimo decimotercer álbum en la carrera de la banda inglesa y el más esperado en la última década.


El cuarteto ha sido capaz de reinventarse, de dar una nueva vuelta de tuerca a su personal propuesta tan personal como intransferible. The Only One, primer sencillo en cuya versión definitiva no hay apenas variantes con la previamente publicada, es el vivo ejemplo de que The Cure tienen aún el poder de crear canciones con gancho tres décadas después de su salto a la palestra musical internacional.
Ahí está el lado pop de The Cure y el reconocible falsete de Robert Smith. La locura de Freakshow, la severidad de The Perfect Boy y el romanticismo de Sleep When I’m Dead, un corte no nos olvidemos rescatado de la época de The Head On The Door, se nos mostraron con unos videoclips que no lo eran; una grabación en blanco y negro en un estudio de la MTV que no aportaba nada a los temas y de la que Robert Smith pidió públicamente perdón a sus fans por no haber tenido tiempo para grabar unos clips en condiciones.

Pero 4:13 Dream es algo más que esos singles. El disco contiene otros nueve temas que vamos a analizar uno por uno: Underneath the Stars
abre el álbum, con un sonido de teclados similar al de ‘Plainsong’ y con un desarrollo y un aire de nostagia como el de algunas piezas de Disintegration. Son seis minutos en los que nos encontramos con voces distorsionadas y un gran trabajo de guitarras; The Reasons Why podría haber sido un buen single de adelanto. Un gran tema de pop marca de la casa con un estribillo impagable y perfectamente reconocible. Una canción de amor en la que se habla de suicidio: “I don’t want to bring you down about my suicide”, afirma Robert al final. Sirensong es el tema más corto de 4:13 Dream, apenas dos minutos y pico de romántico medio tiempo con una slide guitar de Porl que me trae recuerdos de ‘Jupiter crash’, aquella maravilla de Wild Mood Swings.The Real Snow White es más retorcida, más rockera e incisiva, perfecta para levantar un concierto, con un gran estribillo que dice “I made a promise to myself, I wouldn’t stay with anyone else”, y Robert Smith cantando mejor que nunca pero desfasando al final.

The Hungry Ghost
me parece demasiado lírica, demasiado aguda, muy Bloodflowers. Pero podría ser una de esas caras B tan resultonas con las que The Cure nos han alegrado en tantas ocasiones a los fans. Los detalles de guitarras de Porl Thomson, subrayando el estribillo, es lo mejor de esta canción. Switch es otra exhibición de guitarras, un duelo entre la de Robert y la de Porl. Apta para sonar entre ‘From the edge of the deep green sea’ y ‘Fascination street’. Podría haber estado perfectamente en el álbum Wish. This. Here and now. With you es la rareza del disco y quizás es el tema que hubiera descartado del conjunto porque está muy por debajo de la calidad del resto. No así The scream, una de las joyas de este 4:13 Dream, con unos Cure reconduciendo su pasión por los terrenos más misteriosos y densos. Nuevamente hay que destacar la instrumentación y la locura de Robert Smith a la hora de cantarla al borde la locura. Entre otras cosas dice “This is not a dream, this is how it is”. Tremenda. Finalmente, It’s over cierra el álbum desmarcándose de la habitual tónica de The Cure con temas lentos; aquí lo hacen con guitarras que chisporrotean, usando y abusando del wah wah en un tema que podría llegar perfectamente en los bises de un concierto.

Antes no hablé del arte que han hecho Parched Art para el disco, Porl Thompson y su hermano Undy Vella, autores de otras portadas para The Cure como la de Faith o The Top. Para mí es junto a la de Bloodflowers una de las peores en la discografía del grupo".

1 comentario:

Anónimo dijo...

The Cure es y será lo máximo. A ver si alguien se anima a traerlos de una vez por todas al Perú. ¿Qué sabes de ello?