Dejando de lado el terror o la fantasía, géneros últimos que hemos tenido la oportunidad de ver desde la madre patria, esta vez se trata de un drama con tintes sexuales, pero mejor lean la sinopsis: Val tiene 28 años, es atractiva, tiene estudios universitarios y una cómoda posición económica. Es además una mujer muy liberada que busca constantemente nuevas experiencias para saciar su curiosidad sexual. Se acuesta con quien quiere y cuando quiere. Tras diversas experiencias, acabará convirtiendo el sexo en su forma de vida, lo que la llevará a encontrar el amor y ejercer la prostitución, teniendo en ambos casos experiencias extremas. Para los que prefieren ver antes que leer, aquí les muestro el trailer:
Esta cinta trae algo de escándalo desde su lugar de origen, más allá de la connotación directa de la obra. Según leímos en el portal Público.es, en Madrid el póster promocional tuvo problemas con la Empresa Municipal de Transportes (EMT), que denegó la posibilidad de promocionar el filme en los buses y en las marquesinas de las calles de la ciudad porque su cartel esra considerado de "dudosa legalidad" y "gratuitamente provocativo". La imagen muestra a una mujer en calzón que se toca el sexo con la mano. Lo curioso del caso fue que este mismo póster sí estuvo publicitado en diferentes lugares de la ciudad, que dependen de sus dueños y no de alguna dirección gubernamental.
El director de la cinta, Christian Molina, explicó que él mismo diseñó el cartel. "Es sutil y refleja bien el significado de la película", añadió tras calificar el veto de "acto de censura que recuerda al franquismo". Cuando recibió la negativa para promocionar la película en los autobuses y marquesinas, cambió el diseño del cartel, y aunque la segunda versión solo incluía el vientre de la mujer (desapareció el calzón), también recibió un "no" por respuesta, por lo que apostó por un cartel en blanco en el que solo se leía el título de la película: Diario de una Ninfómana. Tampoco hubo suerte.
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