Nota del Blog: Este es el primer informe que emitimos en Cinescape en relación a lo que es la taquilla. ya sea internacional y nacional, datos curiosos que iremos mostrándoles semana a semana. Ahí les va:
Sin contar con millonarias campañas promocionales y en muchos casos ni siquiera con el respaldo de un estudio importante, estas películas lograron conectar con los espectadores y se convirtieron en éxitos. Recordemos algunas de las grandes sorpresas taquilleras de los últimos tiempos.
La comedia siempre nos tiene reservado uno o dos taquillazos inesperados cada año. El del 2009 ha sido ¿Qué pasó ayer? (Hangover), un film modesto para los estándares de Hollywood que ya se considera una de las comedias más vistas de todos los tiempos, gracias al carisma de sus poco conocidos protagonistas. Con un presupuesto de $35 millones, este film ya es la comedia para mayores de 18 años más exitosa de la historia en los EE.UU. Los hasta ahora casi 420 millones de dólares en recaudación global garantizan su secuela para el 2011.
En este mismo género, Mi Gran Boda Griega es todavía un hito, como la película independiente más taquillera de la historia, ocupando también el primer lugar en el rubro de comedias románticas. Su humilde costo de tan solo 5 millones y su elenco sin figuras no impidieron que se convirtiera en un fenómeno cinematográfico a comienzos del siglo, con 368 millones de dólares como cosecha mundial. A pesar de estar casi un año en cartelera y de tener un éxito descomunal, esta comedia nunca alcanzó el primer lugar del Box Office norteamericano.
En años más recientes hemos tenido algunos éxitos similares. El más destacado es sin duda Juno: Embarazada por Accidente, la entrañable cinta indie nominada a cuatro premios Óscar y ganó el de Mejor Guión Original que no solo se metió a la crítica al bolsillo y fue nominada al Óscar como mejor película, sino que le sacó el jugo a sus 7 milloncitos y medio de presupuesto, recaudando 231 a nivel internacional.
Aunque sin la maestría de Juno, otras comedias sin grandes pretensiones comerciales como Ligeramente Embarazada (Knocked Up), Súper Cool, la comedia adolescente más taquillera en EE.UU., superando a otros referentes del género como Porky’s y American Pie y, sobre todo, la irreverente Borat (Borat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan), conquistaron la taquilla norteamericana de manera sorpresiva y triunfal.
Pero no todo es risas en la pantalla, porque el miedo también vende. Uno de los grandes sucesos del cine independiente es El Proyecto de la Bruja de Blair en 1999, un falso documental cuya ingeniosa campaña promocional se basó en hacer creer al público que sus aterradoras imágenes eran reales. Con un costo inicial de 20 mil dólares, esta cinta, que se filmó de manera experimental y casi amateur, recaudó, escúchenlo bien, más de 248 millones de dólares. Por algunos años este film fue la cinta independiente más taquillera, hasta que fue destronado por Mi Gran Boda Griega, siendo su mérito más importante fue estremecer a las audiencias sin efectos especiales ni sangre.
Otro buen ejemplo del terror lucrativo es la saga de Saw, El Juego del Miedo. Con una inversión mínima y siempre apelando al morbo del público por la tortura casi explícita, esta franquicia se convirtió en un negocio estupendo. La primera entrega costó un irrisorio millón de dólares y recaudó 103 alrededor del orbe, y esa tendencia se ha mantenido en las cuatro secuelas, que la han convertido en la saga de terror más rentable de todos los tiempos. En toda la saga de Saw se han invertido $36 millones. Las cinco películas han cosechado $668 millones en todo el mundo. No en vano ya se alistan por lo menos dos episodios más.
Estas películas nos demuestran que no solo con súper estrellas y grandes presupuestos se consigue seducir a los cinéfilos. A veces, basta con un poco de talento, creatividad y… suerte.
Sin contar con millonarias campañas promocionales y en muchos casos ni siquiera con el respaldo de un estudio importante, estas películas lograron conectar con los espectadores y se convirtieron en éxitos. Recordemos algunas de las grandes sorpresas taquilleras de los últimos tiempos.
La comedia siempre nos tiene reservado uno o dos taquillazos inesperados cada año. El del 2009 ha sido ¿Qué pasó ayer? (Hangover), un film modesto para los estándares de Hollywood que ya se considera una de las comedias más vistas de todos los tiempos, gracias al carisma de sus poco conocidos protagonistas. Con un presupuesto de $35 millones, este film ya es la comedia para mayores de 18 años más exitosa de la historia en los EE.UU. Los hasta ahora casi 420 millones de dólares en recaudación global garantizan su secuela para el 2011.
En este mismo género, Mi Gran Boda Griega es todavía un hito, como la película independiente más taquillera de la historia, ocupando también el primer lugar en el rubro de comedias románticas. Su humilde costo de tan solo 5 millones y su elenco sin figuras no impidieron que se convirtiera en un fenómeno cinematográfico a comienzos del siglo, con 368 millones de dólares como cosecha mundial. A pesar de estar casi un año en cartelera y de tener un éxito descomunal, esta comedia nunca alcanzó el primer lugar del Box Office norteamericano.
En años más recientes hemos tenido algunos éxitos similares. El más destacado es sin duda Juno: Embarazada por Accidente, la entrañable cinta indie nominada a cuatro premios Óscar y ganó el de Mejor Guión Original que no solo se metió a la crítica al bolsillo y fue nominada al Óscar como mejor película, sino que le sacó el jugo a sus 7 milloncitos y medio de presupuesto, recaudando 231 a nivel internacional.
Aunque sin la maestría de Juno, otras comedias sin grandes pretensiones comerciales como Ligeramente Embarazada (Knocked Up), Súper Cool, la comedia adolescente más taquillera en EE.UU., superando a otros referentes del género como Porky’s y American Pie y, sobre todo, la irreverente Borat (Borat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan), conquistaron la taquilla norteamericana de manera sorpresiva y triunfal.
Pero no todo es risas en la pantalla, porque el miedo también vende. Uno de los grandes sucesos del cine independiente es El Proyecto de la Bruja de Blair en 1999, un falso documental cuya ingeniosa campaña promocional se basó en hacer creer al público que sus aterradoras imágenes eran reales. Con un costo inicial de 20 mil dólares, esta cinta, que se filmó de manera experimental y casi amateur, recaudó, escúchenlo bien, más de 248 millones de dólares. Por algunos años este film fue la cinta independiente más taquillera, hasta que fue destronado por Mi Gran Boda Griega, siendo su mérito más importante fue estremecer a las audiencias sin efectos especiales ni sangre.
Otro buen ejemplo del terror lucrativo es la saga de Saw, El Juego del Miedo. Con una inversión mínima y siempre apelando al morbo del público por la tortura casi explícita, esta franquicia se convirtió en un negocio estupendo. La primera entrega costó un irrisorio millón de dólares y recaudó 103 alrededor del orbe, y esa tendencia se ha mantenido en las cuatro secuelas, que la han convertido en la saga de terror más rentable de todos los tiempos. En toda la saga de Saw se han invertido $36 millones. Las cinco películas han cosechado $668 millones en todo el mundo. No en vano ya se alistan por lo menos dos episodios más.
Estas películas nos demuestran que no solo con súper estrellas y grandes presupuestos se consigue seducir a los cinéfilos. A veces, basta con un poco de talento, creatividad y… suerte.
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