lunes, 4 de enero de 2010

LA PRINCESA Y EL SAPO O COMO SEGUIR CREYENDO EN LA ANIMACIÓN TRADICIONAL

Acabo de llegar del cine de ver la divertida obra animada realizada con la técnica de animación a mano alzada y dirigida por el dúo Ron Clements y John Musker, La Princesa y el Sapo, y lo primero que me sale de la mente es el de reconocer de que es la mejor película animada que ha hecho Disney en años. Bueno, con esto no digo mucho aún, porque con zafarranchos como Vacas Vaqueras del 2004, la Factoría había perdido su lugar punta en la animación, así que vamos a ser más específicos.

Debo de reconocer que este filme, que supone el regreso de Disney a la animación tradicional con un nuevo clásico oficial, justamente tras la desastroza cinta sobre las insoportables vacas, me hizo olvidar un poco la avalancha de filmes animados en 3D que tenemos en la actualidad, muchos de ellos intentando sorprendernos con espectaculares escenas animadas pero olvidando algo vital en este tipo de filmes: presentar una buena historia, cosa que vemos acá con una historia que intenta romper con todos los tópicos: una bella joven besa a un sapo y se convierte en un viscoso batracio.

Como ya vimos en anteriores posteos, la historia gira en torno a una joven afroamericana llamada Tiana, que vive en el Nueva Orleans en los años 20, durante la revolución del Jazz, y que se ve envuelta en una aventura de vudú y romance. Entre los puntos destacables, cuenta con diálogos inteligentes y frescos, lo que hace que la historia sea sólida y creíble (para el género), otorgándole a los personajes vitalidad, razón de creación y peso en el desarrollo del guión; otro punto bastante destacable es el retorno a la animación clásica, el filme está bellamente realizado, cada cuadro es una maravilla de 2D, una clase maestra de cómo enfrentar este tipo de filmes y pensar no solo en entretener sino en aportar con técnicas sorprendentes.

Escenas como el sueño de Tiana y su restaurant, el baile de las luciérnagas o la aparición de los espíritus del más allá son solo algunos importantes ejemplos, porque hay mucho que destacar, hay un retorno a los clásicos de Disney, lo cual significa un importante avance, así que esperamos que no sea un intento solitario, sino el inicio de nuevas cintas que compitan con las de 3D. Particularmente, creo que la animación a mano alzada tiene aún mucho que decirnos...

Otro aspecto destacable es la vibrante banda sonora a cargo de Randy Newman, creador de inolvidables canciones para Toy Story o Cars, quien llenó de Jazz toda la película, tanto que al que escribe le picaban los pies con tan contagiante ritmo. Me encantó el hecho de que tuvieramos cada 10 minutos (o algo así) un musical que cerraba cada una de las escenas con muy bien realizadas coreografías trabajadas visualmente de gran forma de las que ya hablamos líneas arriba...un musical que logra su objetivo de entretenernos y de qué manera.

En cuanto a los personajes, Tiana (voz de Anika Noni Rose) cumple con su papel de ser la protagonista de la historia, sus sueños y personalidad tiene empatía inmediatamente con los espectadores, lo mismo que el Príncipe Naveen, quien esta vez cumple con el estereotipo de ser un bueno para nada que solo le interesa el pasarla bien, así como los animales típicos de este tipo de filmes como el cocodrilo trompetista Louis o la entrañable luciérnaga; pero quien se lleva para mí la película es el Dr. Facilier, el villano de la cinta, un médico brujo de vudú que está estupendo, un malo malísimo.

Para cerrar esta nota, es un filme de agradable final para los protagonistas, quienes fieles a la línea básica de la historia "trabaja duro para conseguir tus sueños", logran de una u otra forma este objetivo. Disney puede respirar tranquilo, están caminando por el camino correcto gracias a un genio como John Lassetter. La máquina de los sueños está de vuelta y en gran forma...ahora veamos como le va en los Globos de Oro. Si quieres saber más, lee el interesante detrás de cámaras que posteamos hace poco.

No hay comentarios: