viernes, 23 de septiembre de 2011

GIGANTES DE ACERO, UN ACERCAMIENTO AL FILM Y A SUS ROBOTS

Imagina un tiempo, en un futuro no muy lejano, en el que los fanáticos del boxeo se han cansado de ver a los boxeadores dándose puñetazos en el ring. Un tiempo en el que la sed del público por la violencia y la brutalidad supera a la que cualquier atleta de carne y hueso puede ofrecer, o incluso soportar. Se trata de un mundo en el que el boxeo ha evolucionado a tal punto que los hombres ya no pueden competir entre sí… donde los robots han reemplazado a los mortales. Estamos hablando de Gigantes de Acero (Real Steel).

En esta descarnada y vertiginosa aventura de acción de DreamWorks, Hugh Jackman da vida a Charlie Kenton, un boxeador arruinado en un futuro no muy lejano, que ha quedado relegado del mundo del boxeo desde que imponentes robots de dos metros y medio se apoderaran de la escena del boxeo. Sin peleas ni miras a futuro, Charlie se ve forzado a trabajar como promotor de robots boxeadores de poca monta. Ahora, Charlie sobrevive ensamblando robots de mala muerte y trasladándose de un sórdido recinto al otro, detrás de cualquier pelea profesional que pueda arreglar para que disputen sus autómatas. Y cuando parece que las cosas ya no pueden empeorar ni complicarse aún más, su casi desconocido hijo de diez años, Max (Dakota Goyo), vuelve inesperada e involuntariamente a entrar en su vida.

Casi verdaderos extraños, padre e hijo se unen a regañadientes para reconstruir y entrenar a un robot hallado entre un montón de chatarra, y convertirlo en un gran boxeador. Con todo en juego, en un escenario feroz donde todo vale y —contra todo pronóstico— Charlie logra una última oportunidad de regresar a escena, y Max descubre que, más allá del triunfo o la derrota, la vida le tiene reservado algo mucho más importante de lo que jamás imaginó.

Explorando su sentido más hondo, el director, Shawn Levy, aborda la película como una historia de redención de tres almas perdidas y olvidadas. “Los protagonistas de la historia —un padre, su hijo y una máquina— todos son seres abandonados”, señala el director. “Los tres han sido dejados de lado y olvidados. La esencia de la historia se centra en la oportunidad que se presenta a estos tres seres de recuperar lo que han perdido”.

Gigantes de Acero es producida por Don Murphy, Susan Montford y Shawn Levy. Jack Rapke, Robert Zemeckis, Steve Starkey, Mary McLaglen y Josh McLaglen son los productores ejecutivos. El guión de John Gatins está inspirado en una historia de Dan Gilroy y Jeremy Leven, basada en parte en el cuento de Richard Matheson “Steel”.

En cuanto al reparto, lo completan Evangeline Lilly, Anthony Mackie y Kevin Durand, pero además tenemos a numerosos robots boxeadores que son el centro de la atención. Su diseño estuvo a cargo de un talentoso equipo de Legacy Effects. Estos verdaderos artistas dieron vida a una amplia gama de fascinantes boxeadores, cada uno con una marcada personalidad propia.

Los realizadores deseaban que cada uno de los robots tuviera una personalidad y una estética bien definidas, así como una paleta de colores diferente. Los robots miden entre 2 y 2, 50 metros de altura, y son antropomorfos en cuanto a que poseen dos brazos, dos piernas, torso y cabeza (o, en el caso del robot Twin Cities: dos cabezas). Pero pueden hacer cosas que los seres humanos no pueden. Dar con el reparto perfecto de personalidades robóticas supuso un proceso creativo desafiante —pero finalmente gratificante— para diseñadores y realizadores.

El director Levy señala: “Deseo que el público sepa que a pesar de que la premisa de la película es de ciencia ficción, estos robots no lo son. Son máquinas que nos gustaba imaginar que podrían haber sido construidas por los seres humanos. Además de su escala —no poseen la escala de los Transformers, y no son indestructibles— les hemos conferido una fragilidad y una humanidad que nos recuerdan a antecedentes como El Gigante de Acero y WALL•E”.

ATOM: Atom quizás no sea el robot más grande o más llamativo del reparto, pero es el más extraordinario. Es el robot “héroe”.

ZEUS: Es el campeón del WRB (World Robot Boxing). Es enorme. Se lo llama “La Estrella de la muerte”. Está pintado de un negro reflectante. Sus brazos poseen mecanismos de golpes mediante pistones programados. No sólo nunca fue derrotado, sino que además ningún otro robot que haya peleado contra él, ha logrado sobrevivir más allá del primer round.

MIDAS: De color rojo y dorado, lleva un corte de cabello al estilo mohicano. Es pendenciero. No acata reglas. Empleará cualquier medio necesario con tal de ganar una pelea.

NOISY BOY: Es un antiguo robot de la liga que, cuando comenzó a perder peleas, fue exiliado a Sudamérica y Asia para ofrecer exhibiciones de boxeo. Ahora ha regresado, pero ya no posee cualidades para competir en la liga, de manera que sólo pelea en circuitos de poca monta.

AMBUSH: es un robot que compite en circuitos de baja categoría. La mejor pelea que Charlie logra organizar para Ambush es, literalmente, contra una cabeza de ganado.

TWIN CITIES: con su torso cuadrado, Twin Cities es un despiadado robot de dos cabezas.

METRO: Con un brazo verde y otro azul, ambos de diferente forma y tamaño, Metro se asemeja a un Frankenstein malogrado.

Así que ya lo sabes, desde este jueves 6 de octubre tienes una cita imperdible con los robots luchadores de Gigantes de Acero. Solo espero que estos no sigan la línea de los gemelos de Transformers...¡como los odio!

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