viernes, 20 de noviembre de 2009

THE KILLERS: NOCHE ASESINA. Por Luis Bistolfi

La todavía fría noche limeña fue calentada ayer por el último de los megaeventos musicales de esta temporada, todos los cuales han marcado para siempre el corazón de los (ahora sí) afortunados melómanos peruanos. Y sin ánimo de cometer el sacrilegio de menospreciar a alguna de las leyendas musicales que nos han visitado este glorioso 2009, el recital de The Killers tenía un atractivo especial: era la primera vez que a Lima llegaba la banda anglosajona más popular… cuando es todavía la más popular. Sí, The Killers aterrizó en Lima siendo EL grupo del momento, uno de esos cada vez más raros fenómenos que siguen vendiendo discos por millones, y Brandon Flowers paseó sus botas por Larcomar en calidad del último gran frontman que ha parido el parnaso del Pop Rock.




Pero vayamos por partes. Las informaciones oficiales hablan de 35 mil almas en la Explanada del Estadio Monumental, y dados los ya muy conocidos problemas de acceso que adolece el cuartel de Universitario, ayer esa cantidad de público convirtió en una verdadera pesadilla la llegada y la salida, no importa el medio de transporte utilizado, incluyendo los pies. Y a esto le debemos sumar el hecho de que un estacionamiento nunca será ni por asomo tan adecuado para el máximo ritual del rock como lo es un buen estadio, pero mientras el Nacional esté en remodelación para los Panamericanos (jajajaja) y el de San Marcos no haya pasado aún su prueba de fuego con Metallica, pues nos tendremos que conformar. No todo podía ser perfecto en esta vida. Sin embargo, para los fanáticos de The Killers la velada de anoche rozó en más de un momento la perfección absoluta.

Lo más probable es que los cuatro de Las Vegas todavía no hayan escalado su pico creativo más alto, y nos estén debiendo aún su obra maestra, pero, ¡¡qué demonios!!, vaya que sí que tienen una buena cantidad de canciones poderosas e irresistibles. Y anoche no faltó casi ninguna. Con puntualidad inglesa que nos hizo recordar que en un comienzo los asesinos nos parecían más una branda británica que norteamericana, Flowers y compañía ejecutaron sus primeros acordes a las 10 en punto de la noche.

Luego de abrir con su último gran éxito, la pegajosa “Human”, y de un inusualmente bien pronunciado “Buenas noches, Lima, somos The Killers, y esta noche somos de ustedes”, los comandados por Brandon nos deleitaron no solo con algunos de sus nuevos temas y todos y cada uno de sus hits (“Somebody Told Me”, “Bones”, “Read My Mind”, “Smile Like You Mean It”, “All These Things That I’ve Done” y, en la apoteosis del final, “When You Were Young”) recorriendo sus tres álbumes oficiales, sino que también se dieron tiempo para obsequiarnos algunos cortes de su álbum de lados B y rarezas, Sawdust: la balada “Tranquilize” (sin Lou Reed, obvio, lástima) y el buen cover de Joy Division, “Shadowplay”. Y por si fuera poco, Brandon ensayó una breve pero emocionante versión casi capella de “Can’t Help Falling in Love”. Todo esto en tan solo hora y media de concierto, compacta y contundente, como los temas de la agrupación. Cabe añadir que lo único que personalmente extrañamos en el set list fue ese entrañable tema de su primer álbum llamado "Indie Rock'n Roll".

No faltaron las pantallas gigantescas (muy útiles para los que no pudieron desembolsar más de 100 soles), la pirotecnia espectacular y algunos otros alucinantes complementos al show musical, pero no estábamos ante Depeche Mode ni ante Pet Shop Boys, músicos geniales también en el aspecto visual de sus puestas en escenas, así que nada podía ser tan o más atractivo que simplemente disfrutar de la música, y de toda la energía y carisma a los que el buen Brandon ya nos tiene acostumbrados. Y es que sin duda el cantante confirmó su gran dominio escénico y se metió al bolsillo a todos desde el comienzo, en especial a las féminas, por obvias razones. Definitivamente ese final de concierto, con Brandon agitando la bandera peruana por incontables minutos ya es una postal imborrable en nuestra memoria. Del resto del grupo podemos decir que son músicos de oficio, cada uno en lo suyo, eficientes pero sin grandes pomposidades instrumentales, salvo el cada vez más calvo baterista Ronnie Vannucci Jr., quien sí se transformó en un incontenible animal tras sus platillos en más de un pasaje del concierto.




Algunas observaciones adicionales: nos impresionó gratamente la gran cantidad de púberes y niños que acudieron al recital. Por obvias cuestiones generacionales esperábamos muchos adolescentes más que en recientes conciertos, pero, al menos en Lima, The Killers tiene muchos fans de esos que más nos imaginamos delirando por los Jonas Brothers. Bien por eso. Por otro lado, un jalón de orejas para los organizadores en cuanto a la venta de bebidas. En algunas zonas muchos se pasaron literalmente más de la mitad del concierto haciendo cola por una cerveza, por la poca cantidad de quioscos y la lentitud de los vendedores. A revisar ese aspecto para la próxima.

Pero ya ningún inconveniente importa, ni siquiera los acostumbrados problemillas de sonido. La de ayer fue una noche increíble, en la que todos salimos inmensamente felices de ser víctimas de estos asesinos en serie...

2 comentarios:

Jorge Bazo dijo...

Como siempre Lucho una crónica muy al nivel del que te conocemos, además de la cuota de fanático que siempre debe de tener este tipo de notas...gracias por tu apoyo en el blog!!!

L`angolo Blu dijo...

Genial Luchitmmm!!!...me hiciste querer más aún, estar allá. Parece haber sido una noche inolvidable, seguro lo fue. Gracias por enviarme el link. Creo que estuve en el concierto, gracias a tu crónica.
FABULOSO!